domingo, 26 de septiembre de 2010 | By: Roque

Dos mujeres de cabello negro

Tu tez blanca
o bien morena
captan detenidamente
mi atención

Por que me sorprende
tu mirada fija
la expresión castaña
o bien cristalina

Te saludo
y me devuelves
palabras de aliento
sin querer seducirme

Al verte sentada
con tu singular finura
me hacen figurarte
niña y a la vez madura

Por que arrancas
el suspiro
al escuchar tus tacones
presumiendo tus pasos

Recuerdo
los días en que te conocí
con el mismo rostro
y ahora con otro carácter

Tu sonrisa
ahora aparece
más nítida
y de suave expresión

Me robaste
mujer
de cabello negro
con tu sensualidad pura

Y ahora
te has vuelto
en otra mujer
con la intensidad de color

Aseguras
todo tu terreno
al sellar mi boca
con tus labios rojos

Y yo
besándote
sé que soy tuyo
sin temor y sin prisa.
miércoles, 15 de septiembre de 2010 | By: Roque

Guardian de estrellas 2

Pensé que el encontrar este tipo de trabajos no era tan sencillo, pero no perdía nada enviando mi solicitud. Era algo que no me consumía mayor tiempo y que estaba acostumbrado a realizar, de forma casi inmediata escuché que me llamaban, lo cual me hizo dudar si podría ser una respuesta casi inmediata, cuando tomé la llamada escuche: -¿Es el teléfono del Licenciado Karemi?-, la voz parecía provenir de un lugar lejano pero bastante enigmático y misterioso. La oportunidad de vislumbrar un sitio pocas veces figuraba en mi mente, pero la imagen era clara y atractiva.

-Sí dígame ¿ en qué le puedo servir?- Hablo de la Compañía Star Maintenance, soy el licenciado Muri Anse, tuve la oportunidad de revisar su curricula y me gustaría que pudiera acudir a una entrevista el día de mañana. El hecho de haber realizado un contacto de una forma tan repentina me desconcerto, pero de una forma autónoma parecía que empezaba a emitir algunas palabras -Muy bien, ¿me podría dar la dirección?, -Antes que otra cosa Licenciado Karemi le quiero advertir algo-, -El ingreso a nuestra empresa es muy cuidadoso, solo traiga lo indispensable, deje aquello que le mortifique y despréndase un poco de sus valores-, esta última parte me causó una enorme intriga, sin embargo algo en mi interior me decía que fuera y me animaba a no colgar, cuando cobré la conciencia estaba anotando la dirección en un pedazo de papel que encontré en el escritorio, -solo lo podemos atender por la mañana, le pido que sea muy discreto al venir aquí-, inmediatamente escuché que colgaron a través de la línea, yo simplemente admiré a los pájaros a través de mi ventana.

Al día siguiente me levanté temprano, como en cualquier entrevista de trabajo era muy importante el seleccionar el tipo de traje que iba a llevar. Rasurarme, peinarme de una forma más casual, tomar un desayuno ligero, preparar mi curriculum, salir con tiempo de anticipación fueron cosas que hice de una forma casi mecánica y que realmente no me habían hecho detenerme en qué clase de lugar podría llegar.

El tráfico por la mañana estaba demasiado cargado y a pesar de que había salido con un buen tiempo de anticipación no creía poder estar a la hora en que se me había citado, con cierta ansiedad tomé mi teléfono celular y empecé a marcar al teléfono que había sido registrado con la llamada, debí de haber marcado unas 15 veces sin tener respuesta alguna, lo cual alimentaba mi estres de no poder llegar a tiempo, pero pensé que como en la mayoría de las entrevistas a las que había ido, siempre te daban un margen de tolerancia.

Tomé un taxi con la intención de agilizar mi llegada, al darle la dirección al taxista él se sorprendió un poco por el hecho de que conocía el lugar hacia donde iba, pero hizo mención de que era un inmueble abandonado hace muchos años, esto aumentó todavía más mi desconcierto, pero el mismo impulso que me había hecho escribir la dirección me decía que hiciera caso omiso de las palabras del chofer, de cualquier forma no tenía ningún compromiso ni nada mejor qué hacer, y en todo caso lo peor que podía pasar es que nadie me abriera y me regresara a mi casa, decidí bajarme en la dirección citada y pacientemente esperar a que me abrieran.

La fachada del edificio mostraba cierto descuido, y realmente daba la impresión de haber estado deshabitado o en desuso por mucho tiempo, pero percibía que había una vida y un movimiento prácticamente enigmático, al tocar el timbre de inmediato alguien abrió la mirilla de la puerta y al verme súbitamente abrió, -¿Viene con el Señor Anse?-, a lo cual asentí con mi cabeza, me dejaron pasar y por dentro el edificio no me daba la impresión de estar abandonado, pero en el mismo módulo de vigilancia un hombre con aspecto duro y estricto me hizo una pregunta -¿Recuerda que le pidieron que viniera preparado?- a lo que contesté que me habían informado que tenía que venir con lo indispensable y que no trajera algo que me mortificara, -Por la finta que usted tiene parece que muchas cosas le mortifican, pero no es deber mío juzgarlo, pero debo advertirle que al entrar aquí tiene que trabajar esos asuntos, uno de mis compañeros lo llevará a la oficina del Señor Anse-, aquella interpretación tan repentina me irritó por un momento, pero pensé que no estaba del todo errónea.

Al subir por el edificio noté que había todo lo que normalmente existe en una oficina, a excepción de unos almacenes en los cuales al parecer la entrada era demasiado restringida, el misterio que albergaba el lugar era envolvente y seductor, al grado de que se me había olvidado que el principal motivo por el que estaba ahí era el buscar un trabajo, se me invitó a sentarme en un sillón algo viejo pero muy cómodo, y mientras espere perdiendo mi mirada a través de la ventana.





sábado, 11 de septiembre de 2010 | By: Roque

Caminé

Caminé

En la calle oscura

Con el viento en mi rostro

Y las sombras como sueños

Cuando en un ayer

De igual forma

Caminaba sin cesar

buscando un si.

En aquellas avenidas

ahora repletas de agua

donde hay menos

que sufrimiento

Durante mi paso

Encuentro

Recuerdos y voces

Que creía extintas

Y ellas

al parecer

Guían lentamente

A un encuentro

Donde mi rostro sobra

mi manos se unen

mis pies desaparecen

y mi alma... al fin escapa

sábado, 4 de septiembre de 2010 | By: Roque

Guardián de estrellas

Estas líneas son el producto de la imaginación de alguien que trabaja en un servicio especial, en un encargo que para el común de los ciudadanos pasa desapercibido, las labores de él en particular son desconocidas o poco claras para el resto de la población, de forma particular las cosas que arregla parecen en ocasiones que simplemente logran su compostura por sí mismas, es más, se cree que sus labores son inexistentes, por que son pocas las personas que han visto a sus compañeros en acción.

En una mañana del mes de Junio es cuando la historia suelta sus riendas, siendo las 9 de la mañana Neb se encontraba sentado en el escritorio donde empezaba la búsqueda de trabajo desde su laptop. Era un día caluroso de verano, donde el sol se imponía con sus rayos y apaciblemente se escuchaba el trinar de los pájaros y a lo lejos los ruidos de los coches en las grandes avenidas. La habitación que comparte con su hermano es grande, su cama se encuentra sin tender y él todavía tiene la ropa de dormir puesta, a pesar de tener ya varias horas despierto, su búsqueda ha logrado captar su atención y energía en el inicio de la jornada.

Las ideas que rondaban en su cabeza eran varias y difusas, en realidad durante toda su vida tenía la impresión de que siempre había sido así, nunca había tenido seguridad o estabilidad y era de su total conocimiento que el cambio de sus planes siempre tenían un cambio que él no había previsto, anteriormente esto le causaba un sentimiento de frustración enorme, pero con el paso del tiempo se habia acostumbrado a ello.

En una recapitulación rapida de sus últimos meses, la sensación de hastío, monotonía y vacío se conjugaban con la depresión que padecía, la idea de abandonar este mundo por medio del suicidio, era una constante que martillaba en ocasiones lentamente y él podía evadir esas sensaciones con el trabajo de la oficina, sin embargo en otras circunstancias parecía un bombardeo intenso e insoportable, pero había algo que lo motivaba a seguir abriendo camino en la vida, a pesar de que su mente le jugaba numerosas traiciones, no cabía duda que quién fuera su mismo verdugo fuera él mismo.

Cuando Neb era un adolescente, los ideales y utopías de cambiar al mundo o el entorno formaron en él una firme convicción de que fuese como fuese, él podría lograrlo, lo que él no prevenía eran las constantes luchas que tuvo que librar en un campo de batalla, no sólo en el ámbito universitario o del trabajo, su vida personal siempre había sido poco común y en cierta forma un poco desafortunada, por lo que en esta mañana de Junio de la cuál escribimos él ya no se hacía ilusiones o ideaba planes, simplemente fue abriéndose paso en la peligrosa corriente del destino.

Al abrir una oferta en las publicaciones de empleo, él de forma lenta leyó las especificaciones de la vacante e intuitivamente había algo que le ordenó, casi de forma automática, que enviara su curriculum a dicha empresa, aunque no le quedaba del fondo claro a qué se dedicaría, pero él sabía de antemano que tenía que estar ahí.