sábado, 22 de noviembre de 2014 | By: Roque

Soñadores

Recuerdo que yo era de esos soñadores,
de los que teníamos dieciséis
y que nuestro fuego parecía mantenerse
más que vivo, siempre fuerte

Vivía con ellos,
en la costumbre de la sobremesa
en las acaloradas discusiones
en las actividades del tiempo libre

Yo desconocía el valor de mis palabras,
pero al compartir mi credo
mis enseñanzas y mis proyectos
me di cuenta que era un loco

La desesperación se hacía presente,
por que a esa edad
todo parece transcurrir más rápido
tanto que sentí que sólo fue un segundo

Hubo rostros que vuelven a mi presente,
ya con otro semblante
con más presente
pero sin tanto fuego

Resolver dudas era fascinante,
ya que corría la adrenalina
la búsqueda parecía incansable
y empecé a descubrir que había más cielo

Al igual que ayer,
muchas cosas quedan propuestas
y pocas son hechas
como al día de hoy

El sueño llega a hacer de las suyas,
cuando antes
simplemente quedaba en el olvido
o bien se atendía en menor tiempo

Tal vez ya duermo más,
a veces ya mis sueños se olvidan
por que ya todos no tenemos tiempo
y las pláticas son más rutinarias

Tal vez el futuro,
llegue a jugar mejor con la conjugación
de mis verbos y mis acciones
de esta supuesta estabilidad

Pero yo, en el fondo
no dejo de ser soñador
y la búsqueda seguirá
hasta en el mismo mar.

domingo, 24 de noviembre de 2013 | By: Roque

Versos

Sueles guardar tus versos
En tu blusa 
En tus sueños
En tu mismo nombre

Sabes besarme
Como esa ocasión
En qué la noche 
Solo cobijaba nuestros cuerpos

Mientras tu lengua
Suavemente jugaba con la mía
Y tus manos acariciaban
Con gran suavidad mi cabello

Encontraste todos mis rincones
Desde mi niñez
Hasta la supuesta idea 
De querer ser un adulto

Tus piernas 
-Aquel delirio de la cena-
Se entrelazaban conmigo
Jugando a apropiarse de mi

Aquellas risas,
Pláticas extensas
Viajes en el metro
Besos por sorpresa

Todo cuanto tuyo
Supo apropiarse 
De un yo perdido
De mis días sin sentido

Te extraño
Junto con nuestros pretextos
De hacernos una tarde
Y terminarnos varias cervezas

Sólo se que todos estos recuerdos,
De tantos ayeres,
Saben escabullirse hábilmente
Hasta las horas y minutos de hoy 

Cuando finalmente
Al despertar en la noche
Se que mis deseos
Se fundieron con los tuyos.

viernes, 25 de octubre de 2013 | By: Roque

Calma, al fin bienvenida...

Una profunda calma se apodera de la tarde, a pesar del sonido que emite el televisor por la transmisión del noticiero vespertino, muchas personas salieron a comer, otros se quedaron en sus casas, otros simplemente no tienen ningún horario que seguir y la corriente de la vida los lleva por el paso de las horas, me imaginaba que todos regresaban a sus labores siguiendo el patrón de la continuidad a la producción en donde quiera que se encontraran, no era necesario que hubiera un capataz como en las épocas de las grandes haciendas, cada quién era consciente de su horario de comida y de las consecuencias que tendría el no respetarlo, sólo se esperaba que los minutos devoraran segundos para convertirse en horas y darle la bienvenida a la noche.

El sol hacía de las suyas, y era una de las principales razones por las que no se organizaban actividades al aire libre, estar tan solo unos minutos expuesto suponía un gran riesgo de quemaduras en la piel y una deshidratación, sin embargo había quienes tenían que acudir a la calle, preferían correr el riesgo a interrumpir o bien aplazar sus labores, estar afuera era algo tan sofocante que se percibía desde el momento en que se abría la puerta para la calle, un aire caliente invadía el rostro e inmediatamente las primeras gotas de sudor escurrían por la frente, sólo se sabía que la mejor solución era darle celeridad al traslado, por el medio que fuera y en la medida de lo posible se debía de evitar estar en la intemperie.

Yo no quise salir, yo simplemente me quedé en casa, tenía mucho tiempo de no percibir la calma, no supe en qué momento dejé de pensar en tener ese tipo de momentos, ya me había saturado de actividades anteriormente, ya sabía que anteriormente tenía que acercarme al reloj checador antes de empezar a comer, y al hacer el registro, simplemente mi tiempo se iba acelerando, a veces no disponía de mi hora de comida, ya que tenía pendientes, en aquellos días tenía tantas cosas qué hacer y no tenía tiempo para mí, pero pareciera que tal condición es la más aceptada por los que nos rodean, somos buenos empleados al lograr buenos objetivos y todos los procesos se miden, llegué a buenos resultados, por dentro mi organismo gritaba por unos minutos de atención.

Ahora todo eso quedó atrás, no sabía si era una buena elección el regresar a ese ritmo, pero por lo pronto descubrí que tenía un enorme temor de acostarme en mi cama por la tarde, una parte de mi se debatía en cómo poder recibir esa calma, ya que bien debía de ocuparme en la búsqueda de empleo o no hacer nada y saber que las cosas seguirían igual, a final de cuentas me recosté, al principio tenía cierta incomodidad al percatarme que podía ser envidia de muchos y mi lugar debería de estar en el campo de batalla diario, generando dinero y sabiéndome útil, pero ahora quería conocer el otro lado de la moneda, busqué ya no tener mayores explicaciones.

No podía dormirme, pero tampoco quería moverme, quise inventarme unas ataduras imaginarias en el colchón que me dejaran por lo menos unos minutos sujeto ahí, solo me concentré en el sonido del ambiente y parecía que no tenía nada que decirme, solo pasaban recuerdos de mis últimos años, de todas mis tardes que había estado en un lugar de encierro, con una supuesta alegría por que ya se aproximaba la hora de salida, ahora tengo 30 años, y sigo siendo soltero, ¿Cuál es el motivo de estar aquí?, ¿Por qué levantarme todos los días a las 4:50 de la mañana?, inicialmente trataba de darme respuestas pero estas me sonaban tan huecas que mejor dejé de contestar, solo seguí con el interrogatorio, era yo contra mi, quería darme cuentas de todo lo que había soportado.

Sólo percibí que la tarde  ya le había dado paso a la noche, la oscuridad aparecía en el exterior, y yo seguía recostado, como en un trance, sin estar dormido pero tampoco consciente de lo que sucedía alrededor, tenía mucho tiempo sin abrazar a alguien, mucho menos besar y haber hecho el amor, tenía mucho tiempo sin discutir y sin tener una cita, tenía mucho tiempo en que solo la sangre había corrido por mis venas ausente de pasión, no había roto cosas, todo había permanecido en un perfecto orden por un miedo abominable al caos, quería levantarme ahora y no podía, las ataduras que en un principio yo inventé, se habían vuelto tan fijas y pesadas que empecé a desesperarme por liberarme, cuando recordé que yo mismo fui quién las creó.

Tomé una fuerte bocanada de aire, casi como si hubiera estado sumergido en el agua a punto de la asfixia, la calma había hecho lo suyo, mi respiración no podía estabilizarse, había tantas imágenes pasando por mi mente a una velocidad increíble que perdí la noción de lo que estaban viendo mis ojos, simplemente no tenía percepción de la realidad, el sol se había ido y había llegado la luna, y yo no había escuchado nada más que algunos ruidos aislados del exterior, no podía moverme, mis piernas pesaban tanto que pensé que algo las oprimía fuertemente, lentamente fui recuperando la noción de todo lo que pasaba, solo estaba ahí, solo en mi cuarto en un profundo silencio, encendí la luz y todas mis pertenencias aparecieron en su lugar, sentí que había ido tan lejos y había regresado tan rápido.

Ya no conocía la calma, y por mucho tiempo también no conocía quién era yo...


martes, 20 de agosto de 2013 | By: Roque

Una nueva noche de rebeldía

Sólo me percaté del sonido de mis carcajadas en medio de la noche, la laptop estaba encendida y en ella veía un capítulo de la serie que acababa de descargar, hoy no había querido entretenerme con la consola de videojuegos, ni con las redes sociales y los videos en línea quería dejarlos para otra ocasión, me había asegurado de tener bastante cerveza para poder pasar bien la noche conmigo mismo y así dar pie a esta nueva forma de rebeldía, iba a ser una noche pesada y lo mejor estaba por empezar.

Pudiera parecer algo extraño que hasta ahora me percatara de mi risa, pienso que a las once y media de la noche de un miércoles, la mayoría de la gente está durmiendo, mientras yo sé que al otro día tengo que ir a trabajar, pero esto no es un pretexto suficiente para dejar de entretenerme, hoy simplemente quiero disfrutar del momento y me justifico al saber que mi jornada laboral fue pesada, mañana pudiera ser mejor o peor, eso es un asunto que el destino tendrá que resolver.

Hay miles de anécdotas y días como éste, ya que la semana me los presenta a diario, es una difícil decisión saber qué hacer, ya que bien puedo arreglar mi camisa, pantalón y corbata para el día siguiente , cenar algo y disponerme a descansar antes de las diez de la noche, o bien, (como hice el día de hoy), puedo correr a la tienda de conveniencia a comprar mis seis latas de cerveza, para mi fortuna se encuentran abiertas las veinticuatro horas del día, pienso que la oportunidad de no perder una venta a las tres de la mañana por mínima que sea, es algo fenomenal (al menos para solteros como yo).

En mi desvelo no hay más que una gran búsqueda de respuestas, acompañado con el alcohol mi pensamiento llega a lugares tan lejanos como París y tan cercanos como la pequeña estufa de mi cocina, sé que mañana en el trabajo se crearán las preguntas, de las cuales la solución era para un día anterior, de cualquier forma había dado la mejor opción que mi pensamiento sobrio podía imaginar, lo demás es historia, cada quién hizo lo que creyó conveniente y se evitaron explosiones, pérdidas lamentables y un ahorro en horas hombre, ya que si hubiera cometido un error, no podría darme el lujo de tener trabajo y este relato tendría otro contexto.

La lluvia y la noche lograban darle una mayor justificación al hecho de estar en el departamento, bien podía quedarme dormido, pero tenía unas ganas enormes de confrontarme con el tiempo y no cederle espacio, sabía que al otro día el sobrellevar la rutina sería un acto estoico y de pleno heroísmo, pero no sería la primera vez que lo hiciera, no había nada mejor que desear la desaparición del despertador, despertar con resaca o bien todavía ebrio, tratar de recordar las clases de actuación (que nunca tuve), para mostrar mi mejor cara y demostrar que la noche anterior había estado resguardado sin ninguna clase de aventura.

¿Qué es lo que encontraba en las latas?, Había vaciado cada una hasta la última gota, me imaginaba que al beber pasaba el rato de una forma más amena, pero he descubierto con el paso de estas experiencias que una gran emoción y energía brota de mi cuando lo hago, sin embargo es una situación personal que llego a compartir con mis personas cercanas, pero también disfruto de este descubrimiento en mi intimidad, la oportunidad de reflexionar de forma pausada y sin tantas prisas como nos lo exigen nuestros días es un acto que desborda en la osadía y la confrontación, el tiempo nos come y nosotros fuimos quienes lo enmarcamos en el paso de esas manecillas.

La serie que descargué se caracteriza por tener un humor ácido, situaciones comunes que tienen una solución inusual, pienso que sería divertido que esto sucediera en el día a día, pero curiosamente caigo en la reflexión de que también mi rutina tiene su forma de hacerse divertida, cada palabra fuera de contexto puede dar lugar a una batalla campal y espantosa de correos electrónicos que aparecen casi de forma instantánea, todos cargados de soberbia y productos de una lucha de poder, al fin y al cabo no hay nadie que de la cara, sólo van apareciendo al actualizar la bandeja de entrada, creo que por mucho tiempo me tomé en serio esto del trabajo (bueno en realidad no mucho), y me gustaría imaginarme que en todo el humor fuera el centro y eje de nuestro actuar.

No me he quitado más que la corbata, pero sigo con la mayoría del traje puesto, creo que es una forma de hacer más ligero el hecho del buen vestir, de seguir el código de vestimenta y esas cuestiones que funcionan en los trabajos, a otros les daría rabia, yo sólo permito que mi investidura me acompañe en mi diversión, somos fieles amigos y compañeros, ya que es testigo desde mi partida hasta mi llegada, en cada visita a la lavandería o a la tintorería sé que se lavan todos mis secretos.

¿Es esta mi rebeldía?, ¿Desvelarse, tomar cerveza, reír a morir y olvidarse del mundo exterior sabiendo que mañana será un día de trabajo?, temo decir que en estos días, es así.

 

sábado, 11 de mayo de 2013 | By: Roque

Una tarde Ocre

Abrí mis ojos,
y encontré en el pequeño comedor,
la imagen de la ventana abierta,
por donde el viento hacía su presencia.

No recuerdo el tema,
que bien podría haber sido
profundo o simplemente irracional
de la plática que sostenía.

Solo tenía claro
que los pensamientos que tenía
eran de una exhaustiva búsqueda
o de un llanto escondido

El calor se apoderaba del lugar,
y todos aquellos recuerdos también,
cuando corría en la playa,
o al estar sentado en Villaroel

El mundo, en su gran inmensidad
me otorgó la mano,
insistió en que lo conociera
y solo he recorrido una pequeña parte.

Esa tarea queda pendiente,
mientras veo que el sol,
empieza a guardarse
dejando el cielo en color ocre

Las palabras empezaron a ser menos concisas,
los enunciados dejaban un cierto hueco,
solo dejé que la música hiciera lo suyo
mientras mi imaginación y yo trabajábamos.

La tarde dio paso a la noche,
y al recuperar el sentido
estaba caminando a la estación del metro,
sabía que hacía lo correcto.

Me gusta entrar al tren en la noche,
encontrar lugares vacíos
y rostros anónimos,
con un reflejo de extremo cansancio.

La plática de algunas parejas,
solo consiste en dos palabras,
para darle más importancia
a los besos que recorren estaciones

El rojo de la tarde,
encontró la forma en tornarse azul
que a su vez maduraría en negro
mientras mi mente jugaba.

Y yo ahí estaba,
presenciando todo,
combinando los colores,
fraguando los eclipses.







viernes, 19 de abril de 2013 | By: Roque

Los amantes se tiñen de rojo


(Una pareja entra al tren)

Eran unos desconocidos,
Que al saberse solitarios,
Empezaron a robar días
En sus continuas pláticas

Al principio
Los silencios abundaban,
O los comentarios
No pasaban de las noticias del mundo

Caminaron juntos,
Al saber que sus rumbos
Eran tan distantes
Tanto para uno como otro

Ella solo conocía,
Aquello que llaman
El lazo familiar
Y el matrimonio

El también conocía,
Los juegos de azar,
La música
Y los billares

Parecía que al fin,
La insistente búsqueda
Tenía un propósito
Y una correspondencia mutua

Porque a pesar,
De la diferencia de mundos,
De los colores cruzados,
De unos versos sin rima

Bien sabían
- Y era de su pleno conocimiento-
Que las uniones
Pueden tener muchos ángulos

Entonces los sueños,
Empezaron a cobrar sentido,
Se empezaron a unir
Como el río desemboca en el mar

El contacto de sus manos,
Atraía tanta fuerza,
Así como la luna,
Tiene fuerza con las olas

Sus bocas
Al fin se perdían
En lo profundo del cielo,
En las páginas de los recuerdos

Libres de todo,
Dueños de nada
Sabían que su riqueza
Estaba escondida en sus adentros

Es así que,
Dispuestos a todo,
Que iniciaron
La búsqueda de su color

Sabían que habría una pasarela,
Compraron sus entradas,
Se vistieron elegantemente
Llegaron juntos al gran evento

Los colores aparecieron,
Destacando en su máximo esplendor
Tratando de conquistar su mundo,
De entrar a su mente y persistir ahí

Cuando el rojo apareció
la unión fue inmediata,
Sin pensarse,
Sin dejar ninguna duda.

Y todo de lo que hemos escrito,
Se volcó en el recinto,
Haciendo que los amantes
Al fin vueltos pasión,
Se tiñeran de rojo en su andar

( La pareja sale del tren, sonriendo).





lunes, 4 de marzo de 2013 | By: Roque

Cicatrices

Hago un recuento
De todos mis días
Que he pasado
En silencio y solitario

De cómo atravesé
Mares, cielos,
Fronteras
Y muchos no

La mayoría de las veces,
Recorrí por mi oficio,
De vendedor de historias
Poblados distantes y distintos

Creo que hubo,
Bastantes momentos buenos,
Sin saber para que,
O que haría el futuro

He visto,
El sol en el Mediterráneo,
Así como,
Muchos recuerdos del pacífico

Un día la tristeza,
Juró que la recordaría,
Al llevarse a varias personas,
Al beber del mismo vino

Al quitarme mi corona,
Al momento de la burla,
Pero yo demostré
Que podía ser tan seco

Me Burle de ella,
Le mostré mis dientes,
Mostrándome rudo,
Imitando a las bestias

De ahí en adelante,
La guerra fue declarada,
Y la mejor técnica
Tendría la victoria

Ella sigilosa,
Me ha preparado
Como buen enemigo,
Muchas trampas

Mi niñez,
Atípica y poco común
Fue un magnífico
Campo de entrenamiento

Pero ahora soy adulto,
Mis bromas,
Son cada vez menos,
Y comprendo que el silencio carcome

Ha desarrollado,
Casi de una forma perfecta,
Imágenes que logran
Arrancarme las lágrimas

Un día me volví loco,
La rabia se apoderó de mi,
La fui a buscar,
Y reñimos todo diciembre

Sus golpes,
Tan frágiles al principio,
Posteriormente
Causaron un daño irreversible

Yo solo me quede,
Con sus ropas deshechas,
Con su sangre en mi boca,
Pero nada más

Es inevitable,
Después de tan singular pelea,
Terminar agotado
Y pedir una tregua

Para mi sorpresa,
Ella acepto,
E inocentemente
Fui presa de su mejor trampa

Ella logró,
Como temible maestra,
Causarme estas cicatrices
Y grabarme profundamente tu recuerdo.